El arte es nuestra arma (Art is our Weapon) es un ensayo de Alliah/Vic, escritore y activiste de Brasil, que apareció originalmente en el tercer volumen de Quarterly Almanac.
El arte es nuestra arma
Tener una plataforma para decir lo que piensas cuando lo normal es que te hagan invisible es algo muy poderoso. En el Encontro Irradiativo, un evento creado para celebrar y dialogar acerca de la representación y diversidad en la ficción especulativa y la cultura pop, se congregó un gran número de personas con la necesidad de expresarse y compartir sus experiencias como escritoras y lectoras que usualmente son representadas de forma distorsionada con estereotipos ofensivos, tratadas como ciudadanas de segunda clase y olvidadas por una historia blanqueada. Había una sensación de urgencia en la sala. Podías escuchar la indignación y frustración en las voces de les ponentes mezcladas con la emoción y la esperanza. Parecía que la energía que nos daba fuerza era emoción en estado puro.
El evento era una continuación de lo que Jim Anotsu y yo comenzamos en enero de 2015 con la publicación de Manifesto Irradiativo*, una propuesta para la diversidad y representación en la ficción especulativa brasileña. Una confluencia de acontecimientos nos habían llevado hasta ahí.
Iniciativas positivas como We need Diverse Books y #ReadWomen2014 (que inspiraron el club de lectura mensual Leia Mulheres), cuestiones tan horribles como el racismo, la queerfobia, misoginia y mansplaining en los espacios del fandom, y la enésima discusión avivada sobre la obra de Monteiro Lobato; un escritor muy influyente del siglo XX que escribía libros para niños cargados de racismo. Sus historias, aun siendo algunas de las más famosas y más leídas del país son, sin duda, dañinas para niñes de color. El caso de Lobato insufló reacciones y conversaciones como las que se dieron con H.P. Lovecraft y el World Fantasy Award. Las excusas y pretextos que aseguraban que Lobato era un hombre de su época se unieron a los gritos de alarma sobre censura, incluso cuando nadie había censurado nada. Las personas involucradas en analizar el uso de estos libros en programas gubernamentales solo estaban haciendo un análisis crítico de contenido y contexto para que el profesorado debatiera el racismo en esas historias con sus alumnes, y las familias pudieran tomar una decisión informada a la hora de comprar estos libros para sus retoños.
Jim y yo habíamos sufrido episodios de abuso, acoso, agresiones y prejuicios fuera y dentro del fandom. Él por ser un hombre negro y yo por ser una persona queer (he sido abiertamente queerdurante una década, pero solo en 2014, con veintitrés años, me declaré no binarie). Ni que decir tiene que sentíamos frustración, cansancio, dolor, enfado, y necesitábamos hacer algo. Y no eran solo los espacios de ficción especulativa y cultura pop a los que nos estábamos dirigiendo. Como personas que leen literatura de cualquier género, conocíamos las conversaciones que se estaban desarrollando acerca de la ficción realista contemporánea, así como su impacto en el mercado y la manera en que las personas participan de las historias al leerlas.
Un artículo de investigación muy citado, realizado por Regina Dalcastagné en 2005 (A personagem do romance brasileiro contemporâneo: 1990-2004, publicado en Estudos de Literatura Brasileira Contemporânea, n.º 26) analizaba 258 novelas contemporáneas publicadas entre 1900 y 2004 por tres de las editoriales más importantes y mostraba que el 72% de los autores publicados en el país eran hombres blancos de clase media que vivían en Río de Janeiro y São Paulo. De todas estas novelas, el 72,7% eran escritas por hombres y el 93,9% por personas blancas. Como era de esperar, la mayoría de las historias que escribían reflejaban su propia versión de hombres blancos de clase media/alta. Los números eran indignantes, pero no una sorpresa. Brasil tiene una historia desagradable y compleja de racismo sistémico, desigualdad económica y misoginia violenta; opresiones estructurales que se mezclan e realimentan entre ellas. Tanto la ficción realista como la especulativa reflejan estas desigualdades: personajes negros sin rostro, que usualmente son criminales, caricaturas queer con una sola dimensión y mujeres que son cascarones domésticos u objetos sexuales sin voluntad, desde las calles de Copacabana al puerto espacial de un exoplaneta lejano.
Sin embargo, el panorama ha ido cambiando, impulsado por los esfuerzos y las voces de las personas marginalizadas que están trabajando para transformar el sistema. Editoriales pequeñas e independientes están haciendo arte que no suele triunfar e incluso grandes compañías editoriales están buscando activamente minorías a las que publicar, teniendo conversaciones directas con estas para incluir sus perspectivas y preocupaciones en el proceso. Queríamos sumarnos a estas corrientes y construir nuestro propio movimiento.
Mediante conversaciones en gchat y correo electrónico, Jim y yo decidimos pronunciarnos escribiendo un manifiesto.
Sabemos cómo los manifiestos en la era digital pueden perder fuelle tan pronto como son publicados y caer en el olvido, pero esperábamos que pudiéramos llegar más allá de las reacciones de odio o un contraataque a lo establecido. Desde el principio, nos preocupaba cómo crear nuevas formas de hacer arte y tumbar esta idea envenenada de que los hombres blancos cishetero son la norma. Queríamos aportar esto a nuestras creaciones, darle contenido al manifiesto, convertirlo en una puerta abierta a la nueva ficción que estaba floreciendo: una ficción más atrevida, pop, punk, rara, diversa, joven y brasileña, pero con ganas de comerse el mundo. Tanto Jim como yo habíamos recibido críticas por usar extranjerismos, como si el portugués brasileño no tuviera una barbaridad de palabras extranjeras integradas a fuego desde sus primeros pasos y no utilizara demasiadas referencias culturales exteriores: desde las pompas de chicle a las más retorcidas historias de contracultura. Como si no fuera así como nuestra generación respira. Por esto, hablamos de Tropicália, el Movimiento Antropofágico y Manguebeat. Hay múltiples Brasiles dentro de Brasil y necesitábamos incluirlas a todas, analizando el pasado con una mirada crítica, como en el caso de Lobato. No queríamos seguir las mismas tradiciones trilladas y opresivas, queríamos romperlas.
Jim, como escritor de literatura juvenil, compartió sus preocupaciones acerca de la fantasía demasiado complaciente que se adapta para caber dentro de lo que se está vendiendo en ese momento, sin arriesgarse. Esto solo perpetúa un ciclo de abandono de las historias de voces no publicadas anteriormente que solo podrían ser escuchadas si alguien asumiera el riesgo. Aquí es donde las pequeñas editoriales hacen un trabajo incalculable. Mi libro de cuentos raros, Metanfetaedro, fue publicado en 2012 por Tarja Editorial, donde también se habían publicado otros cuentos míos en sus antologías temáticas.
Cerraron después de ocho años porque el negocio se había vuelto económicamente inviable. Ese libro me dio muchas oportunidades y, hasta hoy, hay personas que descubren mi trabajo y me envían mensajes comentándomelo. Jim comenzó con una pequeña editorial para su primera novela, Annabel y Saray, publicada por Draco en 2010. Ahora sus obras van a ser publicadas por grandes editoriales y ha traducido a varios idiomas dos de sus libros (A Espada de Herobrine y A Vingança de Herobrine).
Teníamos mucho en nuestra cabeza que queríamos poner en el texto, por lo que el formato debía ser simple. Nuestro mensaje debía ser tan claro como los objetivos y reglas de Dogme 95. Jim sugirió que utilizaramos el Manifiesto de las Riot Grrrls como fuente de inspiración y decidimos usar el mismo formato de organización de temas en frases que comenzaran por PORQUE.
El proceso de escribir tanto el manifiesto como la carta fue colaborativo. Jim y yo escribimos partes del manifiesto, hicimos cambios a los textos del otro y seis días después teníamos la versión final. Unes amigues íntimes lo leyeron e hicieron correcciones y propusieron sugerencias. Sin embargo, una de las partes más duras fue elegir un nombre. La idea era conseguir algo tan genial como Manguebeat, pero no se nos ocurría nada. Una amiga mía, Luiza Melki, fue la primera en inventarse «adaptao irradiativa» en una pequeña lluvia de ideas que se hizo por correo electrónico. Compartí la idea con Jim y nos quedamos con ella, manteniendo el «irradiativo» como punto de origen y escribiendo la carta a partir de ese concepto.
Para tener algo fácil y atractivo que la gente pudiera compartir, diseñé una serie de posters con colores vivos remarcando algunos de nuestros conceptos y los puse en el blog. La página se publicó a eso de las 9:30 am el 12 de enero de 2015. En las primeras horas prestábamos mucha atención a las respuestas iniciales, conversábamos con gente en las redes sociales y con lo que aportaban editábamos detalles del texto. Añadimos una línea específica acerca de formas corporales y gordofobia. Modificamos algunas palabras varias veces mientras discutíamos qué término sería más adecuado para las personas que no eran blancas. No tenemos un equivalente en Portugués Brasileño para «people of color», ya que la traducción literal «pessoas de cor» no es adecuada en nuestro contexto. Fuimos de un lado para otro modificando términos y frases hasta que nos decidimos por «personas de todos los colores que están infrarrepresentadas y discriminadas». Sabíamos que no era perfecto, pero nuestro manifiesto vive en un estado fluido mientras que seguimos aprendiendo y escuchando.
Al poco tiempo, la gente empezó a firmar en el manifiesto (hay un total de 280 firmas hasta ahora) y algunas de ellas dejaban mensajes preciosos de gratitud, apoyo y esperanza. Las conversaciones que se desencadenaron en las redes sociales tenían una actitud entusiasmada y estaban, en su mayoría, de acuerdo con el manifiesto. En general tuvimos una muy buena acogida.
Más tarde, en un grupo cerrado de Facebook iniciado por la historiadora y escritora de fantasía Ana Cristina Rodrigues, comenzamos a experimentar con la idea de hacer un evento basado en el manifiesto. Estábamos impacientes por hacer algo más concreto, algo que pudiera ir más allá de palabras bonitas en internet.
Durante meses tuvimos animadas discusiones con un grupo de personas diverso, provenientes de múltiples entornos, involucradas en diferentes tipos de trabajo y activismo. Juntes, construimos un programa con charlas que abordaban las grandes cuestiones tanto en la ficción especulativa como en la cultura pop, una exhibición de mujeres artistas, una charla sobre mitos de África, un taller de escritura, un minicurso de personajes trans, y se animó a todo el mundo a que participara en una competición de crossplay. El evento y todas sus actividades eran completamente gratuitas. Tan pronto como lo tuvimos todo planificado con la biblioteca pública que acogería el evento, comenzamos a correr la voz.
Como habíamos dicho que el evento no tendría ningún hombre blanco cishetero participando en las charlas (una decisión consciente que hicimos desde el principio), comenzamos a tener una reacción negativa de, bueno, hombres blancos cisgénero (aunque no todos eran heteros), diciendo que «estábamos practicando lo contrario al racismo, siendo segregacionistas y estableciendo una dictadura feminazi», entre otras cosas bonitas. También hubo una breve afluencia de acoso en Twitter de gente clamando que lo nuestro sí que era intolerancia, discriminando a los hombres blancos cishetero. Sin demora, los ignoramos y bloqueamos. Esa fue nuestra regla: no entrar en discusiones con los que promulgaban odio; centrarse en el trabajo. Y teníamos mucho que hacer en poco tiempo. Terminamos de diseñar el sitio web a tiempo para compartirlo y anunciar el evento durante un poco más de un mes. Supongo que teníamos como preocupación el que no hubiera suficientes asistentes, pero para nuestro deleite, hubo momentos en que el auditorio estaba a rebosar.
El evento, organizado por Jim Anotsu, Ana Cristina Rodrigues, Gi Pausa Dramática y yo ocurrió durante dos días, el 7 y 8 de noviembre de 2015. Tuvimos mucha ayuda de fuera durante todo el proceso: debatiendo sobre la programación, ayudando a las personas que estaban en las charlas con un sistema para recoger las preguntas de la audiencia de forma organizada y haciendo de guías para quienes asistían al evento. Teníamos el apoyo de pequeñas y grandes editoriales y un montón de libros maravillosos para regalar durante las charlas. Algunas de las personas escritoras y artistas que se encontraban presentes vendían y firmaban sus libros.
El Encontro Irradiativo tuvo lugar en Viriato Corrêa, una biblioteca pública preciosa, cuya temática principal es la ficción especulativa y que está situada en Vila Mariana, São Paulo. Una de las primeras cosas que se verían al entrar a la biblioteca serían una serie de ilustraciones. La exposición, titulada «Dibuja como una chica», dirigida por Gabi Franco, Daniele Rios Boleeiro, Germana Vianna y Priscila de Paula, mostraban obras de diecisiete mujeres ilustradoras. Estaba organizado por el colectivo feminista Minas Nerds, un grupo creado para garantizar la representación y para ofrecer cooperación, organizando e intercambiando experiencias entre mujeres.
En la mañana del sábado 7 de noviembre, el evento comenzaba con el taller de dos horas «Ya escribí mi libro, ¿y ahora qué?», de las autoras Maria Claudia Müller y Ana Cristina Rodrigues, acerca de cómo funciona el mercado editorial. Guiaban a personas que se iniciaban en la escritura (hubo cerca de 15 o 20 sentadas o de pie formando un círculo alrededor de una mesa) indicando los obstáculos y escollos que suelen encontrarse con editoriales, editores y contratos, y compartiendo su experiencia en esta área.
A las 2:00pm comenzaba la charla titulada «Irradiando Diversidad: La motivación para el Manifesto Irradiativo», con Jim Anotsu, Ana Cristina Rodrigues y yo. Explicamos cómo había nacido el manifiesto, cuáles eran nuestras principales preocupaciones e ideas alrededor de este, el estado del fandom en cuanto a historias de voces marginalizadas y lo que queríamos inspirar con el manifiesto y el evento.
La segunda charla fue: «La formación de la diversidad: Representación para niños y jóvenes», con Estevão Ribeiro (escritor, ilustrador y artista de cómics), Nanda Café (fundadora de Pac Mãe, un blog sobre el empoderamiento de mujeres y jóvenes a través de la representación en la cultura pop), Scarlett Binti Jua (activista del movimiento negro) y Fábio Kabral (escritor de ficción que actualmente está trabajando en una serie afrofuturista). Se enzarzaron en una discusión crucial acerca de la representación para niñes negres y la falta de personajes infantiles negros en televisión y libros; mencionando sus propias experiencias durante la infancia (Nanda Café era la única persona blanca entre los ponentes). Además, subrayaron éxitos contemporáneos como Steven Universe (una serie de animación sobre la cual me deshice en elogios en la siguiente charla) y la importancia de que todes, no solo familiares y profesorado, se involucren en luchar por la representación de niñes y jóvenes en la ficción especulativa y cultura pop.
La tercera y última charla fue «La maldad de los estereotipos» con Rober Pinheiro (publicista, escritor, traductor y, junto con Cristina Lasaitis, coeditor de A Fantástica Literatura Queer, una colección de cuatro libros de cuentos queer), Cecihoney (mujer trans artista del pixel que trabaja en videojuegos), Germana Viana (artista del cómic, escritora y miembro del colectivo de cómics CBGibi) y yo. Hablamos sobre algunos tropos, principalmente acerca de mujeres y caracteres queer y cómo estos pueden ser dañinos y violentos. Cecihoney mencionó a «Lizzie Bordello e As Piratas do Espaço», un cómic de Germana Viana, para comentar cuánto le gustaba Fran, un personaje trans que no tenía un cuerpo cisnormativo, y cómo se veía reflejada con este personaje, estando ella también fuera de la norma.
La mañana del domingo, Fábio Kabral dio una charla fascinante llamada «El héroe con cara africana» acerca de mitos de África en el imaginario mundial, explicando cómo estos mitos pueden ser la cura para el trauma de personas afrodescendientes y responder al malestar del alma, y como el rol del héroe africano se entremezcla con todo esto.
La primera charla del domingo era «Fandoms y diversidad: por qué los nerds son intolerantes» por Eva Morrisey (escritora, correctora, traductora y una de las organizadoras del 1º Encontro das Mulheres RPGistas, un evento para mujeres jugadoras de RPG), Gi Pausa Dramática (escritora, correctora, y miembro del Conselho Steampunk) y Jana P. Bianchi (ingeniera, escritora, artista y organizadora del proyecto Clube de Autores de Fantasia, un grupo para escritores de fantasía). Comenzaron la charla mostrando una serie de transparencias que contenían pantallazos de comentarios con mensajes de odio de Facebook y Twitter dirigidos al evento. Eran demostraciones de comentarios patéticos y enfurecedores que desgraciadamente no eran algo nuevo para nosotres, pero podíamos ver las caras sorprendidas en la audiencia mientras se daban cuenta de cómo su situación de privilegio les protegía de estos niveles de crueldad e ignorancia. Les participantes, a continuación, hablaron acerca de sus propias experiencias con el acoso y la misoginia dentro de los espacios del fandom dominados por hombres y cómo la gente podía protegerse en internet.
La última charla era «Un balance de la diversidad del mercado editorial brasileño», con Ana Cristina Rodrigues, Cláudia Fusco (periodista con un Master en Estudios de Ciencia Ficción de la universidad de Liverpool), Eric Novello (escritor de fantasía y traductor) y Jim Anotsu. Dieron una perspectiva general del estado actual del mercado de ficción, hablaron acerca del pasado y del presente, recordándonos que la diversidad se inicia desde la inclusión.
Nos produce un sentimiento agridulce mirar atrás y recordar el optimismo desbordante que teníamos mirando al 2016, creyendo que sería un gran año para la diversidad, completamente ajenos al círculo infernal que se desataría en el mundo. Aun así, cerramos el evento con un mensaje de esperanza y cooperación que aún persiste.
Es difícil alcanzar a comprender el impacto más amplio del evento, ya que solo el tiempo podrá decir cuán lejos se extenderá la onda expansiva pero, a nivel personal, puedo decir con seguridad y orgullo que algunas personas tienen al Encontro Irradiativo como un recuerdo muy preciado. Es fácil entender por qué. Esos días fueron un espacio seguro para conocer y charlar con otras personas, siendo ellas mismas, sin pedir perdón por ello. Podías ser tu yo verdadero dentro de esa biblioteca, con todas las identidades que te habitan, todos tus colores y vulnerabilidades, sin tener que esconderte detrás de una máscara o un filtro que sólo muestra las caras que son seguras de presentar.
El evento fue la primera vez (más allá de internet) en el cual me manifestaba abiertamente como una persona trans, hablando de ello sin tapujos entre desconocidos y personas que me conocían desde hacía años, desde que entré por primera vez en el fandom, por lo que estaba ligeramente aterrorizade. Solo unos meses antes del evento, debía haber ido a una charla LGBTQ que se daba en un evento de cómics en São Paulo pero la mañana del viaje me sobrepasaba completamente la ansiedad. No pude salir de casa. Todavía recuerdo el dolor que me oprimía el pecho, manos y piernas, temblando con una sensación confusa de pavor. Me asustaba que volviera a pasar, aunque sabía que todo estaba perfectamente planificado y previsto, y que tendría gente amiga a mi lado todo el tiempo. Afortunadamente, no volvió a ocurrir y tuve uno de los fines de semana más divertidos y energizantes de mi vida.
Besé y abracé a tanta gente (abrazando un poco más fuerte a quienes conocía de internet y por fin conocía en persona por primera vez), compartimos risas y lágrimas, hablamos de nuestros libros, dibujos de animación y series de televisión favoritos, intercambiamos historias de lucha y resistencia, y tuvimos una conversación conmovedora que nunca olvidaré con una lectora que me dijo que le gustaban mucho mis obras porque le ayudaban a entender su cuerpo y su género un poco mejor.
La noche del domingo, después de haber pasado un rato con un grupo de amistades en un bar, tomando hamburguesas y cerveza, fuimos a casa de nuestre amigue, hice la maleta y tomé un taxi hacia la estación de autobús. Estaba en el asiento de atrás con Eurritmia, una de mis amistades no binarias de Rio, y no me di cuenta en ese momento, pero fui agarrando su mano durante todo el camino. Supongo que necesitaba algo que me sostuviera antes de irme. ¡Ojalá hubiera podido conservar la atmósfera del evento en un recipiente mágico y llevármela conmigo!.
Debería existir una cámara de descompresión para reaclimatarnos desde un entorno de aceptación radical a los lugares que transitamos sin saber si un trozo de nuestro ser será arrancado a mordiscos por el camino.
Entiendo profundamente cuando Julian, une amigue no binarie y escritore, decía que incluso un año después, seguía habiendo emociones del evento que desempacar.
Como persona bisexual y trans, con características físicas, emocionales y psicológicas que le sitúan fuera de la norma, Julian decía que Irradiativo fue una experiencia de reconocimiento de la diversidad que le liberaba como lectore y escritore. Como lectore, porque pudo reconocer narrativas y voces que solo eran posibles desde la resistencia, ya que este tipo de historias no siempre funcionan dentro de la lógica de mercado. Y como escritore porque decía que era un proceso de reaprendizaje, como aprender a andar, adquiriendo seguridad en las piernas y equilibrio después de muchos traspiés y continuos empujones. Perseveró y se dio cuenta de lo que era capaz de hacer.
Me he acostumbrado a decir que sobrevivo a través de la ficción.
Me aferro a la ficción constantemente mientras vivo las fluctuaciones de mi salud mental, tratando de navegar por un entorno tóxico en casa, ocupándome de los problemas económicos y de adicción en la familia. La vida es complicada. Me he equivocado, desatendido mis responsabilidades, perdido oportunidades, salido de las redes sociales. Y, cuando vuelvo y veo a otras personas que escriben, colegas de profesión, yéndose de Twitter con una vaga nota mencionando salud mental, problemas y situaciones familiares, o simplemente, sin ningún tipo de advertencia, me imagino el tipo de ficción en la que se sumergirán y en la que afilarán sus espadas.
He usado el fandom como método de escapismo tanto para inspirarme como para luchar.
He vuelto a ver unos cuantos episodios de Supergirl para empaparme de toda esa alegría descarada. Me he acurrucado en la cama releyendo pasajes de mis libros favoritos de la infancia, encontrando consuelo en dinosaurios creados genéticamente y en osos polares armados. Tras el tiroteo del club nocturno de Orlando, buscaba respuestas en historias de Wonder Woman, recordando su capacidad de resistencia y su compasión, mientras intentaba controlar mi enfado, construir estrategias para actuar y no abandonar. He leído incontables fanfics con personajes queer y trans que me ayudaron a entender mejor mi propio género, cuerpo y sexualidad. También he escrito algunos. Donde no me veía, me creaba.
La representación en la ficción es importante.
Cuando volví del Encontro Irradiativo en un estado de pura felicidad, la encaucé en la última actividad de la programación del evento: un curso corto acerca de cómo escribir personajes trans. Lo había planeado basándome en una serie de boletines de noticias donde pudiera interactuar con personas por correo o responder a sus preguntas y entrar en discusiones más profundas. Esperaba que unas 50 personas se suscribieran, pero lo hicieron más de 1000, tanto cis como trans, de todas las edades, orígenes y niveles de experiencia en la escritura. Fueron días intensos de discusiones sobre cómo aprender a analizar tus propios privilegios, diseccionando tropos de ficción, entendiendo las realidades de las personas trans que viven en Brasil y compartiendo ejemplos de buena y mala representación en libros, animación, series de televisión y videojuegos.
Fue una experiencia encantadora que pienso repetir con un curso más largo para seguir manteniendo la conversación sobre este asunto, ya que existen tan pocos personajes trans en la literatura brasileña que vayan más allá de estereotipos hirientes de travestis y mujeres trans. Siempre hay más trabajo que hacer.
El Manifesto Irradiativo no es el primer grito de batalla de este tipo. Personas marginalizadas de generaciones anteriores, tanto lectoras como autoras y, en concreto mujeres lidiando con la misoginia rampante, acoso sexual y condescendencia de mierda de hombres cis, han luchado para hacerse escuchar durante mucho tiempo. Pero hay nuevos ejemplos de proyectos que están haciendo bien dentro del fandom.
Universo Deconstruído, organizado por Lady Sybylla y Aline Valek, es una antología brasileña de diez relatos de ciencia ficción feminista. La primera de su clase, publicada en una editorial independiente. en 2013 y disponible como un ebook gratis que ha sido descargado 7000 veces hasta la fecha y como libro físico a precio de coste. La antología ha sido muy bien recibida, citada en artículos académicos y utilizada en escuelas. En 2015 se publicó un segundo volumen, el cual ha sido descargado casi 2000 veces. Continuando su trabajo en ficción feminista, Sybylla y Aline publicaron también «O Sonho da Sultana», una historia de ciencia ficción escrita en 1905 por la activista bengalí Rokeya Sakhawat Hussain, acerca de una utopía feminista. El ebook ha sido descargado 3000 veces.
Uno de los obstáculos que las escritoras de nueva ficción especulativa se encuentran en el camino (a no ser que sean famosas) es la resistencia que algunos lectores presentan a los libros nacionales. Hay una creencia popular por la cual se cree que, si es nacional, automáticamente es malo; mal escrito, sin edición, mala calidad; y si está traducido, es automáticamente superior.
«Lo que se crea aquí es lejano a nosotros porque no tenemos la costumbre de mirarnos a nosotros mismos» dice Aline Valek. «Preferimos mirar a quien está ahí fuera, en la cumbre, distante, inalcanzable. Nos hemos acostumbrado a prestar atención a lo que ya es popular. Y el escritor medio brasileño no está valorado positivamente porque está aquí, es asequible, coge el metro y come frijoles como el resto de nosotros.»
Entre el a veces entorno hostil y la cuesta empinada de intentar que te publique una gran editorial cuando estás empezando a escribir, muchas personas optan por métodos alternativos de publicación y se comunican directamente con su público. Aline Valek, escritora e ilustradora, tiene un boletín de noticias personal, llamado Bobagens Imperdiveis con 3390 suscriptores, donde habla de la vida, de arte, de lo que lee y ve en la tele, comparte nuevas obras de ficción y cómics. Algunos de sus lectores apoyan su trabajo con donaciones. Comenzó a publicar historias cortas como ebooks independientes y en 2016, su novela de ciencia ficción As Águas-Vivas Não Sabem De Si fue publicada por Rocco, una de las mayores editoriales del país y que ha publicado traducciones de la talla de J.K. Rowling, G. Willow Wilson, Neil Gaiman y Maureen Johnson.
Sybylla, geógrafa con un máster en paleontología, profesora y autora, tiene un conocido blog llamado Momentum Saga, donde escribe sobre ficción especulativa, cultura pop y ciencia. El blog tiene 6 años de vida, con miles de seguidores y 120.000 vistas mensuales. Sin embargo, es muy costoso seguir trabajando gratuito, publicando artículos de investigación y reseñas de forma regular mientras tratas con una multitud de comentarios misóginos y mansplainingconstantes. Ya lo había pasado mal cuando participó en una serie de episodios del podcast AntiCast, donde no fue bien recibida por algunos oyentes debido a que no rehusaba hablar de temas como el feminismo y el afrofuturimo. Sybylla estuvo a punto de cerrar Momentum Sagahasta que los lectores le convencieron de que lo mantuviera vivo con ayuda de un crowdfunding. Ahora el blog tiene un Padrim (un tipo de Patreon brasileño) con 50 contribuyentes que le permiten ganar unos 500 reales al mes [NT. 126 euros]
Permitir que los lectores se involucren económicamente de forma directa en colaborar con autoras y proyectos independientes puede funcionar.
Trasgo es la revista nacional de ficción especulativa de más éxito actualmente, editada por Rodrigo Van Kampen y corregida y revisada por Enrico Tuosto y Lucas Ferraz. Debido a que su equipo está compuesto por tres hombres blancos cis, son conscientes del sesgo que tienen debido a sus privilegios y trabajan muy duro para desmontarlos, seleccionando historias y haciendo elecciones deliberadas para incluir voces diversas, ya que no pueden pagar a más personas de diferentes identidades para que se unan al equipo (Los que están ya ahí fueron los que se comprometieron a trabajar gratis al principio). Recientemente, se publicó un número completamente hecho por mujeres, editado por la invitada Clara Madrigano (Cofundadora con Anna Fagundes Martino de Dame Blanche, una editorial pequeña, nacida a mediados de 2016 que publica historias diversas escritas por minorías)
Aun así, la revista casi no sobrevive. En su segundo año, intentaron vender las ediciones digitalmente, pero los números fueron demasiado bajos. Entonces, intentaron el crowdfunding, y fué ahí donde la gente apareció para ayudar. Trasgo tiene una exitosa página Padrim con 67 contribuyentes que suman unos 1000 reales al mes [NT 252€] . Ese dinero les permite pagar al equipo que escribe e ilustra y la publicidad, lo cual marca la diferencia para poder alcanzar nuevos lectores. La revista se descarga unas 200 veces al mes, más las descargas directas de los contribuyentes.
El compromiso con la diversidad no puede existir como casos aislados. Es fácil perder el rumbo y no hacer el trabajo pesado cuando la palabra diversidad ha sido exhibida tanto, por el mero hecho de tener buenas intenciones y sin un plan real detrás, que ha perdido su significado. Muchas de las personas que están escribiendo ficción especulativa única, atrevida y pertinente a nuestro tiempo, son las mismas personas que históricamente no han tenido la oportunidad de contar sus historias. Publicarlas es traer la pluralidad de la vida real a áreas que han sido, de forma irreal, poco inclusivas durante demasiado tiempo.
Como Rodrigo van Kampen dice: «La diversidad es una condición sine qua non para hacer una revista de ficción especulativa contemporánea de primera»
Jim y yo quisimos crear un nuevo Encontro Irradiativo este año, una nueva edición con conversaciones mejores y más perspicaces que pudieran ir al meollo de la cuestión, ya que hubo muchos problemas que no pudimos tratar en el primer evento. Sin embargo, la vida se puso de por medio mientras 2016 continuó sucediéndose, con un aluvión de los peores resultados posibles, así que no podemos decir con seguridad qué pasará a continuación.
Lo que sí sabemos es que, mientras seguimos inmerses en escribir ficción, tenemos mucho que trabajar y muchos asuntos que mencionar (como la abrumadora blancura del mundo editorial y las barreras socioeconómicas que nos mantienen pobres a les escritores que estamos fuera de los circuitos principales), de forma que más personas se unan a la lucha y demanden un cambio sólido y significativo. Creo que estamos llegando, si bien es cierto que lentamente. Pero así es como funciona la organización para un cambio social. Es una concatenación de esfuerzos complicados y poco glamurosos, y no hay manera de dar un rodeo, por muy duro que pueda ser a veces el camino.
Es algo bueno saber que no lo recorremos a solas.
Hablando con Daniele, una amiga que asistió al evento, me comentó que el Encontro Irradiativo no fue únicamente la primera vez que estuvo rodeada de otras personas trans, ni el primer evento que trataba temas relacionados con el género, sino que fue la primera vez socializando después de su transición, por lo que estaba muy ilusionada, nerviosa y asustada. Y por eso, sentirse bienvenida, respetada y tratada de forma natural, marcó la diferencia para ella.
Que te vean como eres es algo poderoso.
«Los vampiros no se ven a sí mismos en el espejo porque no tienen reflejo» dijo Cecihoney en una charla acerca de la maldad de los estereotipos, hablando sobre cómo personas que no se ven representadas se sienten como monstruos invisibles.
No es una sorpresa que cuando las personas marginalizadas se identifican con criaturas marginadas e inhumanas (sus existencias ocultas, el peligro que representan a los ojos del opresor y su enajenación, que nos recuerda nuestro propio lugar desplazado en este mundo). Pero cogemos ese ser invisible, ese yo indescriptible, y lo hacemos nuestro, aportando la memoria y sororidad de nuestra lucha y surtiendo de sangre humana sus venas, lo hacemos florecer con una vida renovada. En realidades asombrosas y cuerpos indómitos construimos un hogar para nosotres mismes. Andamos a través de las dimensiones líquidas del espejo, formando nuestro propio reflejo tal y como queremos. Hay poder en reclamar el campo de lo fantástico, juntes. Sabemos que las naves espaciales pueden poner en contacto a las personas entre ellas antes de que lo hagan con vida alienígena de otros planetas.
Y para avanzar en esa dirección, los primeros pasos que dimos con Irradiativo fueron vitales.
«Aun hoy recuerdo cada abrazo que me dieron», me dijo Daniele.
Yo también los recuerdo.
Alliah/Vic es une escritore y artista visual bisexual y no binarie que trabaja en los reinos de lo weird y de la cultura pop. Elle ha publicado varias historias cortas en antologías temáticas y en la web y es autore de Metanfetaedro. Actualmente está construyendo demasiados proyectos independientes, trabajando en su primera novela y rondando internet. Encuentra a Alliah/Vic twiteando en @alliahverso.
* El Manifesto Irradiativo ha sido traducido a otros idiomas y acepta nuevas traducciones. Si queréis colaborar con esta iniciativa, ponéos en contacto con Jim y Alliah a través de la página web del Manifesto